Cuando yo era chica, era comun ver en las calles de mi pueblo, los cardos rusos (Salsola kali) rodando empujados por el viento que no cesaba desde el otoño hasta entrado el verano...Agosto era el mes de los vientos, y por ende, de los cardos.

Ahora pueblan las rutas, y te encaran cuando pasas con el auto e intentas esquivarlo para que no te quede todo rayado. Estan ahi, en los alambrados, todos amontonados esperando la rafaga que les de la libertad.

Pese a ser elementos muy conspicuos del paisaje regional, los cardos de la zona no son plantas indígenas, sino introducidas desde otros continentes, que se han adaptado a las condiciones del nuevo ambiente hasta hacerse invasoras molestas. Desde Darwin hasta Hudson los han nombrado, el uno como ejemplo de invasion, el otro como postal de la pampa. Hoy, el pastoreo intensivo y los quimicos los mantienen controlados. En cualquier caso , y a pesar del fastidio, el cardo indica buenas tierras para el cultivo.

El nombre de "cardo" se utiliza comúnmente para designar a numerosas especies de plantas espinosas, especialmente de la familia de las Compuestas.
Lo que vulgarmente se conoce como la "flor" del cardo es, en realidad, un conjunto de numerosas flores individuales (inflorescencia) rodeadas por un anillo de brácteas con aspecto de cáliz, que recibe el nombre de capítulo.

Hacia comienzos del verano las flores de los verdaderos cardos se transforman en frutos llamados vilanos que contienen una semilla y están provistos de un dispositivo que facilita su dispersión por el viento. Estas estructuras se conocen popularmente como "panaderos" y son muy frecuentes en otras plantas de esta familia.

"cardo de cardar" (Dipsacus sativus), se utilizaba antiguamente para limpiar la lana usando la leñosa inflorescencia a modo de peine. Hoy lo vemos en las banquinas y en casas de decoracion, gracias a una costumbre florista de teñirlos una vez secos de vistosos colores.

"abrepuño amarillo" (Centaurea solstitialis), "abrepuño blanco" (Centaurea diffusa), "abrepuño morado" (Centaurea calcitrapa); quien se haya metido en un campo lleno de abrepuños sabe lo que cuesta sacarselos!